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Ruperto Chapí y Lorente (1851-1909), además de ser uno de los compositores de zarzuela, música de cámara y sinfónica más destacados de la historia de nuestra música, destaca por su defensa del papel social del artista. Murió a los pocos días del estreno en el Teatro Real, el 23 de febrero de 1909, de su obra más lograda y ambiciosa, Margarita la Tornera, que es, en líneas generales y deliberadamente, una ópera. Se trata de una obra que mira hacia planteamientos musicales europeos, más que españoles, pese a que en español está cantada y a que español es su argumento. Chapí sabía muy bien que su ópera podía ser genuinamente nacional sin por eso renegar de las influencias cultas europeas más importantes del momento.